Arrancado ya el año, uno de los activos que tenemos que considerar tanto por su potencial crecimiento como por su potencial descorrelacionador es el oro. Se espera que el precio del metal logre rebasar durante el presente ejercicio los niveles de máximos que dejó el 2023, aunque la intensidad del recorrido está todavía en discusión.
Bancos de inversión como JP Morgan han establecido el precio objetivo del oro en 2.300 $. Esta cifra sería más optimista que la ofrecida por UBS, que dejó su nivel clave en los 2.150 $.
El principal motor de crecimiento lo encontraríamos en la política monetaria. Con una FED reduciendo su postura y unos tipos a la baja, la depreciación del dólar hace que los inversores busquen refugio en otro tipo de activos, y el oro es de los favoritos para preservar el valor.
Comportamiento reciente del precio del oro
El precio del oro ha logrado terminar el 2023 en positivo, con una revalorización nada desdeñable del 12,9 %. Desde que se produjera un punto de inflexión en el otoño de 2022, cuando la onza cotizaba en el entorno de 1.620 $, el valor ha ido creciendo con una buena consistencia, llegando hasta los 2.044 $ en los que ahora mismo cotiza.
Si echamos un vistazo a la gráfica histórica, vemos que todavía nos mantenemos cerca de los máximos ATH establecidos el pasado 4 de diciembre, cuando la onza registró los 2.135,40 $. Para 2024 se espera que dichos máximos se rompan en un breve espacio de tiempo, siendo como seguimos por encima de las medias móviles a 50, 100 y 200 sesiones, e incluso estamos situados en fase creciente según el RSI.
Esta perspectiva es la que ha provocado que la negociación del metal se mantenga en volúmenes altos de forma consistente. Haciendo ver que el oro es una inversión que no pasa de moda.
La demanda de los bancos centrales es clave
El precio del oro está especialmente condicionado por tres figuras demandantes: los Hedge funds, los ETF de oro físico y por supuesto los Bancos Centrales. De hecho, éstos últimos han protagonizado un 2023 de comprar récord, con niveles no vistos desde 1950. Los motivos por los que este tipo de entidades incorporan oro en sus balances son varios, aunque podemos señalar los dos siguientes como los más importantes:
- Reemplazo de los dólares en custodia. El billete norteamericano lleva décadas haciendo el papel de reserva de valor, sin embargo poco a poco los bancos centrales están queriendo sustituirlo por oro para rebajar así su dependencia. Esto no quiere decir que el dólar deje de ser importante de la noche a la mañana, pero si es el comienzo de una sustitución a largo plazo.
- Motivaciones políticas. Países como China han estado vendiendo sus bonos estadounidenses y sustituyéndolos por oro. De hecho, el Banco Popular de China ha adquirido 78 toneladas de oro sólo en el tercer trimestre del año. A falta de conocer el cierre del cuarto trimestre, el importe acumulado para 2023 llega a las 181 toneladas.
Según la última encuesta que el World Gold Council (WGC) realizó a los distintos bancos centrales, siete de cada diez entidades creen que las reservas de oro aumentarán en los próximos 12 meses. Si atendemos al histórico, esto supone un incremento del 10% frente a los resultados del año anterior.
De hecho, el 2023 cerró con una demanda agregada por encima de las 800 toneladas. Para 2024, el WGC estima que simplemente rebasando la media de los últimos ejercicios, de aproximadamente 500 toneladas, se conseguiría mantener la tendencia creciente para el precio del oro.
La tensión geopolítica favorece al incremento de precio
Otro elemento a tener en cuenta en la configuración del precio del oro es el factor geopolítico. Las guerras y las tensiones entre territorios siempre tienen un reflejo en el metal precioso, pues es considerado como un activo refugio ante la incertidumbre.
Según comenta también la WGC en su informe de perspectivas 2024, el pasado año vimos un empuje adicional al precio motivado por hechos tan dispares como la quiebra de Silicon Valley Bank o el ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre. Este 2024, tal y como se perfilan simplemente las citas electorales, podríamos ver otro influjo de crecimiento por esta vía:
“En 2023 hubo dos eventos de riesgo importantes: el fracaso del SVB y el conflicto entre Israel y Hamás. La geopolítica añadió entre un 3% y un 6% al rendimiento del oro. Y en un año en el que se celebrarán elecciones importantes en todo el mundo, incluidos Estados Unidos, la UE, India y Taiwán, la necesidad de coberturas de cartera de inversores probablemente será mayor de lo normal.”
Así pues, con el conflicto de Ucrania de fondo, las tensiones entre China y Taiwán o el avispero de Oriente Medio, se prevé que el factor geopolítico vuelva a tornarse un actor de referencia. Sin contar con nuevos conflictos que pudieran abrirse, claro está.