Después de efectuar una prórroga el pasado 15 de noviembre, la negociaciones entre los miembros de Congreso parecen alejar al fantasma del cierre del gobierno de los Estados Unidos. Aunque no se ha logrado alcanzar el acuerdo definitivo, sí ha trascendido un gran avance en las conversaciones y todo apunta a que se resolverá formalmente la crisis antes del tiempo límite.
Sobre la mesa existen varios elementos peliagudos que han venido dificultando unas negociaciones que se extienden desde finales de verano. Por el lado demócrata se pretende incluir una dotación de 100.000 millones de dólares en ayuda militar. Ucrania e Israel serían los principales beneficiados de dicha partida. Por el lado republicano, exigen recortes de otras partidas y además un endurecimiento de la política migratoria.
De hecho, el republicano Mike Johnson, speaker de la Cámara de Representantes y hombre fuerte de la derecha, ha situado el problema de la inmigración como eje en las negociaciones. Así lo ha dejado ver en numerosas entrevistas, la más reciente para Face The Nation en la CBS hace escasos días:
President Biden created the crisis at the border by enacting bad policies.
House Republicans are demanding transformational policy change to secure the border and end this crisis. pic.twitter.com/0tvf3CZabV
— Speaker Mike Johnson (@SpeakerJohnson) January 7, 2024
Sería precisamente Johnson quien haría circular el domingo una carta interna a sus compañeros de partido anunciando los principios de acuerdo alcanzados. Entre otras conclusiones, se afirmó lo siguiente:
“Si bien estos niveles de gasto finales no gustarán a todos y no recortarán tanto gasto como muchos de nosotros quisiéramos, este acuerdo nos proporciona un camino para hacer avanzar el proceso y con ello priorizar la financiación dentro de la línea hacia objetivos conservadores, en lugar del ómnibus Schumer-Pelosi del año pasado, y luchar por las importantes cláusulas políticas incluidas en los proyectos de ley de nuestra Cámara para el año fiscal 2024”
Dentro de lo que ha podido trascender, el preacuerdo vendría a impulsar los aproximadamente 20.000 millones de dólares en recortes ya acordados para el Servicio de Impuestos Internos o IRS. También se van a rescindir cerca de 6.000 millones de dólares en partidas de ayuda por COVID, las cuales habían sido aprobadas en su momento pero no llegaron a gastarse.
¿Qué ocurre exactamente cuando hay un cierre del gobierno de los Estados Unidos?
Ante la duda de muchos lectores, interesa ver realmente el alcanza que puede tener un cierre de gobierno en EEUU cuando éste acontece. Lo cierto es que en el plazo inmediato el ciudadano de a pie a penas percibe diferencias, pero varios actores económicos se ven afectados.
Por ejemplo, una de las partes más dañadas son los empleados públicos. En periodos de cierre, se conceden permisos y licencias para que determinados trabajadores no acudan a sus puestos hasta que dure la crisis. No obstante, hay personal esencial, tanto administrativo como militar, que no puede dejar su puesto pero estará trabajando sin cobrar hasta que se reponga el gobierno. Según cifras de ocasiones anteriores, se calcula que aproximadamente 800.000 funcionarios se encontraría en esa situación.
Otro sector que se ve penalizado es el agrícola, altamente dependiente de las ayudas y concesiones administrativas del estado. Al no contar con personal funcionario que atienda las solicitudes, el flujo de capital hacia las explotaciones agrícolas se resiente.
También se notan efectos en lo que tiene que ver con el turismo, Parques nacionales y varios de los museos o centros más importantes del país se ven abocados al cierre, con el consecuente daño que eso tiene para las arcas públicas y para el comercio local.
Dicho esto, cabe señalar que las situaciones de cierre no suelen tener efecto en los mercados financieros, que consideran siempre la posibilidad de acuerdos en el corto plazo que ayuden a no entran en daños estructurales sobre la economía.
No es la primera vez que el gobierno cierra
Aunque siempre que acontece la noticia los medios suelen darla como un hecho extraordinario e insólito, en realidad no lo es tanto. El cierre del gobierno de los Estados Unidos ha sido más habitual de lo que los ciudadanos hubiesen querido, contabilizando 21 eventos hasta la presente actualidad, donde hemos estado a punto de vivir el vigésimo segundo.
La primera vez que ocurrió un cierre del gobierno de los Estados Unidos fue en 1976 bajo mandato de Gerald Ford y por aquel entonces se extendió del 30 de septiembre al 11 de octubre. No se trató de un periodo excesivamente largo, pero sí fue un shock en aquel momento.
El presidente que más cierres de gobierno ha presenciado ha sido Ronald Reagan, con un total de ocho. El primero de ellos fue en noviembre de 1981, mismo año en el que accedió a la presidencia, y el último en diciembre de 1987. Por suerte, el periodo de cierre más largo no pasó de los 3 días, siendo normalmente 1 o 2 los días de cierre.
Por su parte, el récord de duración de un cierre de gobierno lo ostenta, hasta la fecha, Donald Trump. Se produjo entre el 22 de diciembre de 2018 y el 25 de enero de 2019, suponiendo 35 días. Hasta entonces el récord lo ostentaba el demócrata Bill Clinton, con 21 días entre el 16 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996.